Donde nacen nuestros cavas
Ante todo, queremos decir que somos CAVA. Y estamos orgullosos de serlo.
Creemos que no hay mejor vino para transmitir la identidad de nuestro territorio, nuestras variedades autóctonas y la magia de nuestro paisaje que las burbujas elaboradas en el Penedès.
Y es que ser cava, significa garantizar la autenticidad de todo un proceso de elaboración.
Somos ecológicos, porque amamos de dónde estamos y no hay otra manera de trabajar que hacerlo en armonía con nuestro paisaje y la naturaleza que le rodea.
Elaboramos con las variedades autóctonas del Penedès, macabeo, xarel·lo y parellada. Son estos los que aportan una personalidad única, imposible de encontrar en ningún otro espumoso del mundo. Aunque a veces añadimos un toque de gracia con otras uvas como muscat, garnacha, pinot noir, xarel·lo rojo o chardonnay.
Cómo
Escogiendo, de forma excelsa, los vinos que formarán parte de cada una de nuestras referencias.
Es aquí donde está nuestra fortaleza.
Es donde Josep, el enólogo, le dedica más esfuerzos: a escoger el mejor vino de cada variedad para obtener cavas excepcionales.
No podía ser de otra forma, elaboramos siguiendo el método tradicional y que no es otra cosa que provocar la segunda fermentación en la botella a partir de un vino base al que se le han añadido levaduras y azúcares y con un control exhaustivo de la temperatura.
La Crianza
En Bertha creemos y demostramos que elaborar cavas de larga crianza en nuestra tierra es posible, cavas capaces de explicar de forma clara el territorio, con una complejidad extraordinaria a la vez que frescos y muy vivos. Por eso reivindicamos la vejez de los reservas y grandes reservas.
Los Reservas (guarda mínima de 18 meses) nos aportarán más estructura, más riqueza, con notas de fruta madura y donde ya empiezan a detectarse aromas de pastelería, aunque todavía predomina la fruta fresca. Tienen una burbuja fina y cremosa pero todavía bastante viva.
Los Gran Reservas (guarda mínima de 30 meses), son la niña bonita de nuestra familia. Nos regalan una burbuja fina, muy cremosa y aterciopelada, unos aromas a fruta confitada, notas de bollería, demasiada madre, frutos secos, especias y tostados.
Sin embargo, no os penséis que repudiemos los cavas de guarda jóvenes (mínimo de 9 meses) porque ellos nos dan vida, celebración, frescura y mucha fruta.